El beato Boleslao Strzelecki es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el pasado siglo XX en el período de la II Guerra Mundial. Este religioso fue un fiel devoto paulino, dedicado al servicio al prójimo, durante su formación soportó varias dificultades con valentía para su labor cristiana, hasta que fue encarcelado por su fe y recibió la corona del martirio en el campo de concentración de Auschwitz.
Boleslao Strzelecki nació el 10 de junio del año 1896 en la ciudad de Poniemón de Polonia, en el seno de una humilde familia cristiana. Desde su juventud preparaba en su corazón la iniciativa para formarse como sacerdote. Boleslao comienza sus estudios en el seminario de Sandomierz una vez que acaba el bachillerato.
El 26 de diciembre del año 1918 es ordenado presbítero y enviado a su primera misión como párroco de Ostrowiec. En aquella época, la región fue azotada por una epidemia de tifus. El Padre Boleslao se dedicó a asistir a los enfermos, siendo que el mismo contrajo la enfermedad y estuvo en riesgo de muerte.
Milagrosamente se recuperó, entonces el padre Boleslao comenzó a estudiar doctorado en derecho canónico en el 1920 en la ciudad de Cracovia, hasta 1923 cuando completó su formación.
En secuencia, el padre Boleslao fue enviado a la ciudad de Random como prefecto de las escuelas profesionales, confesor de las comunidades religiosas y capellán de la cárcel. Este religioso era especialmente dedicado a las labores de atención y caridad para con los más necesitados, sin distinciones en cuando a si eran judíos, comunistas, protestantes… Cuando comenzó la II Guerra Mundial, el padre Boleslao auxiliaba a los prisioneros, e incluso ayudó a escapar a algunos.
Poco después fue nombrado párroco del Sagrado Corazón de Jesús donde continuó con esta labor de distribuir alimentos entre los pobres. El 7 de enero de 1941, después de oficiar la misa, el padre Boleslao fue arrestado y trasladado al campo de concentración de Auschwitz, donde las torturas debilitaron gravemente su salud. Falleció en mayo de 1941. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II en el 13 de junio de 1999.