El beato Guillermo Tirry fue un religioso de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XVII. De origen irlandés, tuvo que ejercer su misterio pastoral en los difíciles tiempos de las persecuciones del gobierno inglés contra los cristianos. Ingresó a la orden de San Agustín, y regresó a su pueblo natal para predicar, pero fue traicionado y capturado, siendo condenado a sufrir el martirio por su condición católica.
Guillermo Tirry nació a comienzos del siglo XVI en la ciudad de Cork en Irlanda, creció en el seno de una familia de comerciantes católicos, de hecho, su tío Guillermo llegó a ser obispo local. Cuando llegó a su juventud, Guillermo decidió seguir el camino religioso, pero para hacerlo, debía emigrar puesto que el gobierno inglés perseguía a los cristianos.
Guillermo se trasladó a Valladolid, París y Bruselas, donde perfeccionó sus estudios. Más tarde, recibió la tarea de regresar a Irlanda para predicar, aproximadamente en el año 1641. Posteriormente, fue nombrado Padre Provincial de Driscoll en 1646 y en el año 1649 llegó a ser prior del convento de Skreen.
A partir del año 1650, el padre Guillermo tuvo que pasar a ejercer el culto católico en la clandestinidad, puesto que el gobierno inglés decretó la prohibición en todo el territorio de la religión católica, muchos sacerdotes y fieles fueron perseguidos.
Traicionado por un compañero cercano, el padre Guillermo fue arrestado en Sábado Santo del 25 de marzo del año 1654, cuando se encontraba en plena celebración de una misa, en seguida lo trasladaron a la cárcel de Clonmel. Se le ofreció la oportunidad de obtener la libertad si apoyaba la doctrina de la religión anglicana. No obstante, el padre Guillermo se mantuvo fiel al cristianismo.
Fue acusado de traición y condenado por un tribunal militar, siendo ejecutado en la horca con su hábito de hermano agustino. Antes de ser colgado, el padre Guillermo animó a los fieles reunidos a mantenerse fieles al catolicismo, perdonó a sus verdugos y fue asesinado el 2 de mayo del año 1654.
El padre Guillermo de Tirry fue beatificado en 1992 por el papa Juan Pablo II junto a un grupo de 16 mártires irlandeses que padecieron entre 1579 y 1654.