La historia de la Virgen de la Candelaria cuenta cómo una de las advocaciones marianas se presentó ante dos aborígenes de los “guanches” que se encontraban en sus labores de pastoreo de rebaños.
Ocurrió en el año de 1392, los pastores se encontraban en sus labores cuando de repente se sorprendieron al notar que el rebaño dejó de avanzar por sí solo, deteniéndose justo antes de la boca de un barranco. Entonces uno de los aborígenes se dirigió a ver qué sucedía, y fue cuando comenzó a observar desde lo alto que había la imagen en madera de una mujer como de un metro de altura. La señora de la imagen llevaba una vela en su mano izquierda, y cargaba a un niño en su brazo derecho, el niñito en sus manos tenía un pajarito de oro.
La fiesta de la Virgen de la Candelaria se celebra cada anualmente en el día 2 de febrero. Su fiesta fue establecida por el Papa Gelasio I en el año 496 después de Cristo, y su fecha, 2 de febrero, es justo 40 días después de la navidad, para así recordar la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén.
La Virgen de la Candelaria fue declarada el 24 de noviembre del año 2014 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO, debido a su naturaleza religiosa, cultural y festiva. Esta advocación mariana, Nuestra Señora de la Candelaria, es nativa de la región de Tenerife en España. El significado de su nombre, proviene de la palabra “candelero” o “candela” que se refieren a la luz, ya que la Divina Madre María es la luz santa que nos guía en el camino del arrepentimiento, y reafirma nuestra fe en Dios.
Actualmente la devoción de esta advocación de María esta esparcida por prácticamente toda América latina, siendo importante en países como Argentina, Paraguay, Brasil, Bolivia, Chile entre otros.
El origen de su fiesta
La Virgen de la Candelaria recibió este título luego de la aparición de su imagen en el siglo XV, y se relacionó con la ya establecida, fiesta de la Candelaria o de la Luz, que había sigo instituida el 2 de febrero del año 494 por el papa Gelasio I, para substituir las fiestas paganas lupercales. De esta manera, la celebración de la Candelaria representaba la festividad de la Luz o del “Encuentro”, para honrar el pasaje bíblico que narra la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén, descrita en el Evangelio de San Lucas (Lc 2: 22-29).
En esta celebración también se conmemora la purificación de la Virgen María, que estaba preestablecida en la Ley del Antiguo Testamento para cumplirse después del parto.
A partir del siglo VI, tanto en Oriente como en Occidente, la fiesta de la luz alcanzó una creciente popularidad, que se afianzó en el siglo XV luego de la aparición de la imagen de la Virgen. Se conoce con varios nombres: fiesta de la Presentación del Señor, fiesta de la Purificación de la Virgen María, fiesta de la Luz o fiesta de las Candelas.
En Jerusalén, era costumbre realizar una procesión con velas que llegará hasta el lugar del Santo Sepulcro en la Basílica de la Resurrección. El significado de la fiesta representa para los cristianos que Jesús es la Luz del mundo y que con la presentación por su Madre en el Templo, ha venido para iluminarnos en la fe. Por ello, está Virgen María recibe la advocación de la Candelaria.
En el siglo XVI, específicamente en 1526, se edificó el primer tempo en honor a la Virgen de la Candelaria, en las adyacencias de la cueva donde se encontró su imagen y comenzó la veneración. Su relato es conocido por todo el mundo cristiano, y su celebración es popular en varios países; desde España, se extendió sobre Latinoamérica, como México, Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela, y muchos otros.
La Virgen de la Candelaria se representa sosteniendo una vela o candela, con una canasta donde lleva un par de palomas (ofrendas para purificación) y cargando al niño Jesús en brazos, recordando su presentación en el templo.