San Fidel de Sigmaringen es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XVI. Desde su juventud fue un hombre dedicado a la oración y penitencia, se formó como abogado y posteriormente ingresó a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, donde se dedicó a predicar y evangelizar diversas regiones. En una de estas misiones en Sevis de Suiza fue asesinado por un grupo de herejes.
Fidel nació en el año 1577 en la ciudad alemana de Sigmaringen en medio de una familia acomodada. Era un hombre de gran inteligencia y fe, su familia le posibilitó cursar estudios en la universidad de Friburgo, donde obtuvo el título de Doctor en Derecho, y además estudio filosofía y letras.
Los siguientes años de su vida, Fidel trabajó en la educación de varios jóvenes de familias Alemanas, con quienes realizó un viaje por toda Europa para que conocieran las naciones. Todos le admiraban por su gran capacidad para enseñar. Así mismo, Fidel era un religioso fiel y devoto, daba limosnas y utilizaba los conocimientos de su profesión para ayudar a los pobres, por ello las personas lo conocían como “el abogado de los pobres”.
Más tarde, convencido de su camino religioso, Fidel ingresa a la orden de los hermanos capuchinos y comenzó a participar de las misiones de predicación en las regiones de Suecia donde los protestantes dominaban el territorio.
Fidel aceptó con gusto la tarea, se dice que con su palabra consiguió la conversión de muchos fieles. Predicaba con sermones e instrucciones diariamente durante el día, mientras que en la noche se dedicaba a la oración. Esta situación desagradó a los protestantes, quienes comenzaron a amenazarlo y asediarlo.
En un viaje en el que San Fidel iba a Grusch fue atacado por varios hombres armados que lo amenazaron con asesinarlo si no negaba el catolicismo. San Fidel permaneció firme en su fe, y por ello fue asesinado en el año 1622.