San Antimo de Nicomedia es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo III. Fue obispo de la región de Nicomedia, sufrió la persecución durante el gobierno del emperador Diocleciano, siendo capturado, torturado y decapitado, junto con una multitud de fieles de su diócesis en uno de los episodios más violentos de las persecuciones contra los cristianos.
Pocos detalles tenemos de la vida de san Antimo, posiblemente nació a mediados del siglo III, era un ciudadano romano, crecido en una familia cristiana y dedicado a las labores de servicio en la iglesia de Nicomedia en la región de Bitinia.
Es probable que a finales del siglo III se le consagrara como obispo de la diócesis de Nicomedia. En aquellos días, Diocleciano estaba al frente del gobierno como emperador. En el palacio de gobierno de Nicomedia ocurrió un incendio que causó gran desastre, por este hecho, los cristianos fueron culpados. La persecución en contra de ellos se intensificó, habiendo grandes masacres, los perseguían, capturaban en masa, los quemaban vivos o los ahogaban.
En este grupo de mártires, el obispo Antimo fue hecho preso. Se encontraba predicando en un pueblo cuando los soldados fueron a apresarle. Con sus palabras, Antimo consiguió que sus captores se convirtieran al cristianismo, sin embargo, aceptó ser conducido al tribunal del juez Maximiano, donde lo torturaron y condenaron a morir decapitado, junto a una multitud de los fieles de su diócesis. Su cuerpo fue enterrado por cristianos piadosos. Sucedió en el año 303.
Más tarde, el emperador Justiniano edificó una basílica en su honor, sobre su sepulcro, con estructuras de mármol y oro.