San Cesáreo de Terracina, diácono y mártir del siglo III
San Cesáreo de Terracina fue un diácono mártir de África que vivió en el siglo III y murió durante el reinado del emperador Diocleciano.
Cesáreo denunció la costumbre pagana de sacrificar un joven cada año en honor del dios Apolo, arrojándolo por un acantilado. El sacerdote de Apolo lo hizo arrestar y llevar ante el gobernador.
Fue condenado a morir metido en un saco y arrojado al mar. Fue martirizado junto a san Julián, un presbítero de Terracina.
Su martirio tuvo lugar entre los años 60 y 110, aunque es más probable que ocurriera durante el reinado de Diocleciano en el siglo III.
Veneración
Su festividad es el 1 de noviembre. En el siglo IV, el emperador Valentiniano fue sanado en el monasterio de San Cesáreo en Terracina. Decidió entonces trasladar sus reliquias a Roma.
Fueron llevadas a una iglesia de la Colina Palatina y luego a una iglesia cerca de la Vía Apia, que recibió el nombre de San Cesáreo.
Patronazgos
San Cesáreo de Terracina es el santo patrón de la cesárea. Se le invoca por un buen resultado de esta intervención.
También se le invoca contra el ahogamiento, las inundaciones, los rayos y calamidades. En la Edad Media fue elegido para cristianizar la figura de Julio César.
Reliquias
Sus reliquias se conservan en iglesias de Italia, España, Portugal, México y Brasil. La más famosa es su brazo relicario en la Catedral de Terracina.
Oración a San Cesáreo
Glorioso mártir San Cesáreo, que con valentía denunciaste los ritos paganos y diste tu vida por Cristo, socorre a los que invocamos tu protección.
Ampáranos en las tempestades de la vida, protégenos de los peligros del mar y la inundación, y haz que imitemos tu fe inquebrantable, para ser testigos del Evangelio.
Que tu ejemplo nos impulse a seguir el camino de la justicia, la caridad y la paz, para alcanzar el premio de la vida eterna junto a ti en el Reino de los Cielos.
Amén.