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San Benigno de Armagh

San-Benigno

San Benigno de Armagh, discípulo de San Patricio

Se desconoce su fecha de nacimiento exacta, pero se sabe que San Benigno de Armagh murió en el año 467 d.C. Fue hijo de Sesenen, un cacique Irlandés de la zona que actualmente es el Condado de Meath.

Fue bautizado y discipulado por San Patricio, convirtiéndose en su alumno favorito y coadjutor en la Sede de Armagh en el año 450.

Se ganó el nombre de Benigno por su afabilidad y encantadora disposición. Acompañó a San Patricio en todos sus viajes misioneros, ayudándolo en la formación de coros litúrgicos.

Por sus conocimientos musicales, era conocido como «el salmista de San Patricio». Atrajo a miles de almas a Cristo a través de su dulce voz.

Se dice que colaboró en la compilación del Código de Leyes Irlandés o Senchus Mor, en el Salterio de Cashel y en el Libro de Derechos.

Estuvo presente en el famoso sínodo que reconoció la primacía del Papa, y cuyo canon está recogido en el Libro de Armagh.

Renunció a su cargo de coadjutor en 467, falleciendo ese mismo año. Su fiesta se celebra el 9 de noviembre.

Confusión con otro San Benigno

Muchos identificaron erróneamente al salmista de San Patricio con San Benigno de Kilbannon, pero en realidad fueron dos personas distintas, contemporáneas entre sí.

San Benigno de Armagh era hijo de Sesenen del Condado de Meath, mientras que San Benigno de Kilbannon era hijo de Lugni de Connaught.

Este último dirigió un famoso monasterio donde se educó San Jarlath y gobernó Drumlease. Su hermana, Mathona, fue abadesa de Tawney.

Oración a San Benigno de Armagh

Oh glorioso San Benigno, fiel discípulo de San Patricio, que con tu voz melodiosa y tu música guiaste a muchos hacia Cristo.

Te pedimos que intercedas por nosotros, para que imitemos tu devoción y tu celo apostólico, difundiendo la fe cristiana con alegría y sacrificio, al servicio del Señor y de su Iglesia.

Que tu ejemplo de humilde colaboración nos inspire a trabajar unidos a nuestros pastores, edificando con paciencia la casa de Dios, que es su pueblo santo.

Ruega por nosotros, para que un día cantemos junto a ti las alabanzas del Cordero en el cielo, por los siglos de los siglos. Amén.

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