San Andrés de Florencia: El asceta camaldulense del desierto
San Andrés fue un monje italiano del siglo XII que perteneció a la Orden de los Camaldulenses. Se caracterizó por retirarse a vivir en completa soledad como ermitaño, llevando una vida de extrema austeridad y ascetismo.
Juventud y monacato
Se conocen pocos datos sobre los primeros años de Andrés. Nació en la primera mitad del siglo XII en la región de La Mugello, cerca de Florencia. De familia acomodada, a temprana edad ingresó como monje a la Orden de Camaldula.
Destacó pronto dentro del monasterio por su fervor y disciplina. Sentía una profunda inclinación por la soledad y el ascetismo, lo que finalmente lo llevó a retirarse al desierto.
Vida eremítica
Ansioso por una mayor penitencia, hacia 1137 San Andrés se retiró como ermitaño al Desierto de Razzuolo, en los Apeninos toscanos, donde vivió el resto de sus días. Su régimen se caracterizó por el ayuno extremo, la oración continua y mortificaciones corporales.
La fama de su extrema austeridad se extendió, atrayendo a otros que acudían a él en busca de dirección espiritual. Vivió recluido en una cueva, entregado por completo a la contemplación divina.
Muerte y canonización
Tras décadas de completo ascetismo y soledad en el desierto, San Andrés murió el 26 de agosto de 1160. Fue canonizado en 1623 por el Papa Urbano VIII. Es recordado como un ejemplo del espíritu eremítico camaldulense.
Su memoria se celebra el 26 de agosto. Su vida rigurosa permanece como testimonio del radicalismo con que muchos monjes de la Edad Media buscaron a Dios en la austeridad y el retiro absoluto.