Santa Asela de Roma: Virgen Consagrada, Hermana de Santa Marcela y Columna Silenciosa de la Vida Ascética en el Aventino
Santa Asela de Roma fue una de las primeras mujeres en Occidente en abrazar la vida de virginidad consagrada y ascetismo comunitario sin pertenecer a una orden monástica formal. Hermana menor de la célebre Santa Marcela de Roma, compartió con ella la misión de transformar su palacio en el Aventino en un centro de formación espiritual, estudio bíblico y caridad para mujeres de la nobleza romana. Aunque su vida transcurrió en el silencio y la sombra de su hermana más conocida, su fidelidad, humildad y perseverancia la convierten en un modelo de santidad escondida y entrega total a Cristo.
Nombre y Distinción
- Nombre completo: Asela de Roma
- Nombres alternativos: Santa Asela, Asela hermana de Santa Marcela
- Títulos: Virgen consagrada, discípula de San Jerónimo de Estridón, hermana de santa
Orígenes y Vida en el Aventino
Nació en Roma alrededor del año 340, en una familia senatorial profundamente cristiana. Su padre, Leucio, era cónsul; su madre, Albina, fue una de las primeras mujeres en abrir su casa a la enseñanza de la Sagrada Escritura. Tras la temprana muerte de su padre, fue criada junto con su hermana mayor, Santa Marcela de Roma, en un ambiente de piedad, estudio y generosidad.
Mientras Marcela se casó brevemente y enviudó, Asela consagró su virginidad desde muy joven y nunca contrajo matrimonio. Ambas decidieron no seguir el destino social esperado para mujeres de su clase y, en cambio, transformaron su residencia en el Aventino en un oratorio y centro de vida espiritual para mujeres que deseaban consagrarse a Dios.
Discípula de San Jerónimo de Estridón
Cuando San Jerónimo de Estridón llegó a Roma en 382 como secretario del Papa San Dámaso I, fue acogido en el círculo de Santa Marcela de Roma. Allí conoció a Asela, a quien describió como “más tímida que su hermana, pero no menos ardiente en la fe”.
Aunque no escribió cartas propias, San Jerónimo de Estridón la menciona en su Epístola 127, escrita tras la muerte de Marcela, donde dice:
“Asela, su hermana, sigue guardando la lámpara encendida, como la virgen prudente del Evangelio.”
Esta frase revela que, tras la muerte de su hermana durante el saqueo de Roma en 410, Asela continuó la obra espiritual del Aventino, manteniendo viva la comunidad de oración y estudio.
Vida de Ascetismo y Caridad
Santa Asela vivió en extrema austeridad:
- Dormía sobre una estera,
- Usaba ropa de lana tosca,
- Ayunaba frecuentemente,
- Y dedicaba horas al rezo del Salterio y a la lectura de las Escrituras.
Además, como su hermana, visitaba cárceles, hospitales y casas de viudas y huérfanos, llevando consuelo y ayuda material. A diferencia de Santa Paula de Roma, que partió a Tierra Santa, Asela eligió quedarse en Roma, creyendo que su misión era sostener la fe en la Ciudad Eterna en tiempos de decadencia.
Muerte y Devoción Posterior
Santa Asela de Roma murió en Roma alrededor del año 420, a los 80 años, en la misma casa del Aventino donde había vivido toda su vida. Fue enterrada junto a su hermana en el cementerio de Santa Balbina, en la vía Ardeatina.
Su culto se mantuvo local y familiar, especialmente en los círculos monásticos femeninos de Roma. Aunque nunca fue canonizada mediante proceso formal, su santidad fue reconocida por la tradición inmemorial de la Iglesia romana.
- Incluida en el Martirologio Romano el 10 de diciembre:
“En Roma, santa Asela, virgen, hermana de santa Marcela, que vivió en admirable castidad y pobreza bajo la dirección de san Jerónimo.”
Relación con Otros Santos
- Santa Marcela de Roma: su hermana mayor y guía espiritual.
- San Jerónimo de Estridón: su director espiritual y testigo de su vida.
- Santa Paula de Roma y Santa Eustoquio de Belén: compañeras espirituales, aunque de camino distinto.
- San Agustín de Hipona: admiraba el modelo de vida del Aventino, que menciona en La Ciudad de Dios.
Legado Espiritual
Santa Asela representa la virgen fiel que no abandona su puesto, incluso cuando el mundo se derrumba. Mientras otros partían a Tierra Santa o fundaban monasterios, ella eligió la fidelidad cotidiana en medio de la crisis. Su vida es un testimonio de que la santidad no requiere viajes espectaculares, sino constancia en el amor.
Oración a Santa Asela de Roma
Oh Santa Asela de Roma, virgen fiel que mantuviste encendida la lámpara de la fe mientras el mundo ardía, intercede por las mujeres que hoy eligen el camino de la consagración en medio del mundo.
Enséñanos a amar la oración sin ruido, el estudio sin vanidad, y la caridad sin publicidad. Ayuda a las comunidades eclesiales a valorar no solo a las que lideran, sino a las que sostienen en silencio.
Santa Asela, cuya vida fue un eco humilde de la de tu hermana, recuérdanos que Dios no mira el tamaño de la obra, sino la fidelidad del corazón. Amén.
Cómo profundizar en la devoción a Santa Asela de Roma
Quienes desean seguir su ejemplo suelen hacerlo mediante:
- Lectura de la Epístola 127 de San Jerónimo de Estridón, donde se menciona su fidelidad
- Uso de su imagen en oratorios dedicados a la vida consagrada en el mundo
- Oración por las hermanas en la fe que sostienen comunidades desde el silencio
- Participación en misas el 10 de diciembre, especialmente en Roma
- Estudio del modelo del “oratorio doméstico” como forma de vida espiritual
Iconografía
Santa Asela de Roma se representa como una mujer de edad avanzada, con velo oscuro y túnica sencilla, a menudo:
- Arrodillada en oración en el Aventino,
- Sosteniendo una lámpara encendida (símbolo de la virgen prudente),
- O junto a su hermana Santa Marcela de Roma, enseñando a jóvenes.
En miniaturas medievales, aparece con una expresión serena y manos juntas, símbolo de su humildad.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Por qué su fiesta es el 10 de diciembre?
Porque es la fecha tradicional de su muerte en el año 420, según los antiguos martirologios romanos.
2. ¿Fue monja?
No. Vivió como virgen consagrada en el mundo, sin clausura ni hábito, pero con una regla de vida ascética y comunitaria.
3. ¿Escribió algo?
No. Pero su vida fue atestiguada por San Jerónimo de Estridón, cuya autoridad la convierte en fuente fiable.
4. ¿Está enterrada con su hermana?
Sí. Ambas reposan en el cementerio de Santa Balbina en Roma, aunque sus reliquias no están identificadas individualmente.
5. ¿Es patrona de algo?
Sí. Es invocada por las hermanas espirituales, las mujeres consagradas en la vida diocesana y las que sostienen comunidades en tiempos de crisis.