San Hemming, Obispo
San Hemming es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIV. Este religioso fue un obispo sueco, encargado de reformar la disciplina de la iglesia en dicha región y en Finlandia, nombrado obispo para dirigir con sabiduría a los fieles, se interesó por promover los estudios para los clérigos, así como el culto divino y luchar por la paz entre los pueblos. También fue amigo de Santa Brígida de Suecia.
Hemming nació en el año 1290 en la ciudad de Balinge en Suecia. Creció en una familia cristiana donde recibió su primera educación y valores, así fue como en su juventud, inspirado por la vocación, decide seguir una carrera eclesiástica y cursa estudios en Upsala.
Cuando se ordena como sacerdote es enviado a París para perfeccionas sus estudios sobre teología y derecho canónico; en estos años de aprendizaje, Hemming logró reunir una colección de libros que enriquecieron su fe y saberes, y luego regresó a Suecia.
En el año 1329, el padre Hemming es designado como canónigo de la catedral de Abo (hoy en día Turku) una de las ciudades más antiguas de Finlandia. Con sus virtudes y doctrina, el Padre Hemming dirigió la fe con rectitud, llegando a ser propuesto para el cargo de obispo en 1338 cuando la sede estuvo vacante. Su elección fue unánime.
Entre sus iniciativas, el padre Hemming promovió la liturgia para que la catedral tuviese los objetos apropiados para el culto; reformó la escuela catedralicia para garantizar una mejor preparación de los jóvenes del clero, y los premió a los más destacados con becas de estudios en París. Así mismo, celebró varios sínodos donde trató los temas de la disciplina eclesiástica, la guarda del ayuno, la abstinencia, el descanso del domingo y los festivos, la gratuidad para asistir a los pobres y la administración de los bienes de la iglesia.
También, el padre Hemming era amigo de Santa Brígida, y juntos viajaron hasta Aviñón para encontrarse con el papa Clemente VI y pedirle que regresara a Roma. Intentó velar por la paz entre Francia e Inglaterra, aunque no tuvo éxito.
Reconocido por su gran celo apostólico, el padre Hemming falleció el 21 de mayo del año 1366. Su culto se extendió rápidamente.