Santa Clara nacida en Asís Italia, es la santa conocida por ser la creadora del grupo de religiosas franciscanas, las clarisas. Su origen fue en el seno de una poderosa y prestigiosa familia italiana, su padre era un alto funcionario y su madre era una devota cristiana.
A la edad de 18 años, Clara siguió la dirección de San Francisco de Asís, dejando su casa y su estilo de vida hasta entonces, se ordenó como religiosa, prometiendo obediencia a Dios y seguir la vida de ejemplo de San Francisco de Asís.
Santa Clara recibió de su santo compatriota la enseñanza más valiosa para su vida cristiana la cual profesaría toda su vida, el secreto para conseguir la perfección en el cristianismo, el cual era desprenderse de todo lo material, abandonar la vida de riquezas y lujos y practicar una vida humilde, de servicio al pobre, aferrada a la oración y a la penitencia.
Clara fue enviada al monasterio benedictino de San Pablo de las Abadesas, donde se enfrentó a la negativa de sus familiares a su vocación, por lo que tuvo asilarse en el convento de Sant´Angelo in Panzo.
Más tarde, San Francisco, ubico a Clara y a sus seguidoras en una casa con la humildad y sencillez que profesaba su vocación de religiosas justo al lado de la iglesia San Damián, la cual había sido restaurada por el propio San Francisco. En esta casa, Santa Clara creó un grupo de damas pobres que luego serían conocidas como Clarisas.
Santa Clara se hizo superiora del convento de monjas de San Damián. Durante su vida practicó la austeridad así como también realizó numerosas obras de caridad y de piedad para con su prójimo. Esta santa redacto una “Forma de vida” que enseñaba el valor de la pobreza y la humildad para practicar una vida que agradara al Señor, esta doctrina fue adoptaba por las religiosas del convento como regla franciscana.
Santa Clara falleció en el año de 1253 y su canonización fue en 1255. Su festividad es recordada cada 21 de agosto.