San Jaime Hilario Barbal fue un religioso católico de la orden de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, de origen español quien vivió durante el siglo pasado (XX), y fue martirizado a causa de una persecución contra la Iglesia en medio de la Guerra Civil Española.
Su nombre de bautismo era Manuel Barbal I Cosín, nació el 2 de enero del año 1898 en la ciudad de Enviny de España, y creció en el hogar de una familia humilde de valores cristianos. En sus primeros años de vida trabajó en el campo ayudando a sus padres, y al inicio de la adolescencia, con 13 años de edad, ingresó al Seminario Menor de Seo de Urgel, pues era su deseo convertirse en religioso.
De momento este deseo fue interrumpido, debido a que sufrió una terrible enfermedad que afectó su audición y tuvo que esperar hasta 1917 para poder entrar en el noviciado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Para el 24 de febrero de este año, Manuel Barbal habría tomado el hábito para ser conocido ahora con el nombre de hermano Jaime Hilario.
Después comenzó a trabajar en la catequesis en Mollerrusa, Pibrac, Calaf y otras regiones de Francia. Participó en la redacción de revistas cristianas y folletos educativos, pero su sordera empeoró y a consecuencia fue que tuvo que retirarse de sus labores educativas. Marchó a Cambrils para continuar labores en el campo, pero desafortunadamente quedó en medio del estallido de la Guerra Civil española; se desvió de su ruta para refugiarse en casa de unos conocidos en Mollerussa cuando fue capturado y encerrado en la prisión de Lérida, para más tarde ser enviado a Tarragona, al barco de prisión Mahón, donde también fueron encerrados otros religiosos.
Fue juzgado y condenado el 15 de enero del año 1937, al descubrirse su condición de hermano lasaliano. El 18 de enero de ese año fue fusilado en el cementerio de la Oliva en Tarragona. El papa Juan Pablo II lo beatificó el 29 de abril de 1990 y lo canonizó el 21 de noviembre de 1999.