Giovanni di Pietro Bernardone fue el nombre de pila del conocido San Francisco de Asís, un santo italiano que nació en el siglo XIII y es recordado por ser el fundador y creador de la Orden Franciscana, y también de la orden de las Hermanas Clarisas, ambas pertenecientes a la Iglesia Católica durante la edad media.
La vida de San Francisco de Asís se convirtió totalmente al cristianismo dando un giro radical. En sus primeros años, Giovanni era hijo de un comerciante de la ciudad por lo que su familia gozaba de una buena clase económica. Sin embargo, desde joven manifestó su deseo por seguir el camino hacia Cristo, practicando un estilo de vida que imitaba la de los apóstoles encargados de llevar el mensaje del Señor, su forma de vida hablaba sobre la austeridad y lo sencillo, abandonó las riquezas de su familia para vivir en medio de la pobreza.
Con sus enseñanzas, San Francismo inició un movimiento religioso cristiano que buscaba la verdadera fe, enfocándose en el amor a Dios, en la práctica de una vida humilde, y de la alegre hermandad. Sus virtudes, su amor a Dios, y la devoción que la que practicaba este estilo de vida lo hicieron conocerse como “el probrecito de Asís”.
San Francisco de Asís tenía profundos valores religiosos, predicaba y actuaba conforme a los ideales de los evangelios. Su estilo y modelo de vida fue aprobado en 1210 por el papa Inocencia III y así se abrió paso a la fundación de su orden.
La pureza de su alma y espíritu fue tan grande, que San Francisco recibió los estigmas de Jesús en su propio cuerpo, hecho que ocurrió en 1224, cuando San Francisco de Asís se encontraba en su retiro inmerso en el ayuno y la oración. En sus últimos años de vida se rodeo de sus seguidores quienes lo apreciaban, predicando la palabra de Dios.