Querido San Ábaco, Hoy elevo mi voz hacia ti en busca de fortaleza y guía. Admiro tu valentía y determinación en la defensa de la fe, en medio de la persecución y el sufrimiento.
Enséñame a ser valiente en mis propias batallas, a enfrentar las adversidades con fe inquebrantable. Inspírame a compartir generosamente con los necesitados, como tú lo hiciste al distribuir tus riquezas entre los pobres.
En momentos de dificultad, ayúdame a encontrar consuelo en la oración, a confiar en el amor y la protección divina. Intercede por mí y por aquellos que amo, para que encontremos el coraje necesario para seguir adelante.
San Ábaco, mártir fiel y ejemplo de entrega, ruega por nosotros ante el Señor, en quien confiaste plenamente. Que tu vida y sacrificio inspiren en nosotros el deseo de vivir en santidad, y nos guíen por el camino de la verdad y el amor.
Amén.