El beato Benito de Urbino es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XVI. Fue un religioso italiano perteneciente a la Orden de Los Hermanos Menores Capuchinos, quien dedicó su vida a la predicación junto a San Lorenzo de Bríndisi, para los pueblos husitas y los luteranos. Además, con su vida mostró su gran compromiso con la disciplina y la observancia de las leyes de la iglesia.
Su nombre de bautismo era Marco, nació el 13 de septiembre del año 1560, creció en el seno de la distinguida familia Passionei, donde recibió educación cristiana. Sin embargo, cuando tenía apenas 10 años, perdió a sus padres, entonces escogió la religión como su fuente de estudios y consuelo.
El joven Marco, reflexivo y caritativo, se trasladó a Perusa y Padua para cursar estudios en filosofía y en leyes. Pasó también una temporada en Roma junto al cardenal Juan Jerónimo Albani, y después regresó a Urbino puesto que se encontró delante de algunas dificultades familiares.
Cuando tenía 23 años, decidido de que quería llevar una vocación de entrega religiosa, solicitó su admisión en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, siendo puesto a prueba en varias oportunidades, las cuales superó con su tenacidad y capacidades morales.
En el año 1585 realizó su profesión religiosa, a partir de entonces pasa a ser conocido como Benito. Una vez ordenado sacerdote, se embarcó en las misiones evangelizadoras al lado de su compañero san Lorenzo de Bríndisi, con el objetivo de predicar para los husitas y los luteranos de Bohemia en 1599.
Durante esta jornada, la salud de fray Benito se vio afectada, por ello tuvo que regresar un período a su tierra natal, el cual aprovechó para estudiar las lenguas de estos pueblos. Ya restablecido, se dispuso nuevamente para las misiones, trabajando por la educación de jóvenes y de los pobres.
Fray Benito era un hombre humilde y entregado. Sufrió varias enfermedades y aún así realizaba duras penitencias que fortalecían su espíritu y que mostraban ejemplo de fe para todos. Predijo su muerte, la cual sucedió el 30 de abril del año 1625 en el Convento de Montesacro de Fossombrone.
San Benito de Urbino fue beatificado por el papa Pío IX en 1867.