La beata María Teresa Fasce, natural de Italia, fue una religiosa católica quien perteneció a la Orden de San Agustín, vivió durante el siglo pasado, y realizó un importante trabajo pastoral al promover las causas en beneficio de los peregrinos, los indigentes y los pobres, e instruir a los demás para una vida de contemplación de la oración y la penitencia, dando un ejemplo maravilloso de amor a Dios y servicio.
María Teresa nació el 27 de diciembre del año 1881 en la localidad de Torriglia de Génova (Italia). Era miembro de una familia importante de reconocida posición social en aquella región. Desde pequeña tenía inclinaciones por el servicio religioso, más aún cuando conoció la historia de santa Rita de Casia quien había sido canonizada en dicha época (año 1900).
Admirada por el relato de la vida ejemplar de santa Rita, se dispuso a alcanzar dicha exaltación espiritual por lo que decidió ingresar al monasterio de Casia en el año 1906. La hermana María Teresa era una mujer muy noble, su carácter era firme aunque siempre voluntariosa y dispuesta para la ayuda, disfrutaba contemplar la oración en la soledad y era admirada por sus virtudes de comprensión e instrucción. Llegó a ser maestra para las novicias en 1914, y tres años después le confiarían la gran responsabilidad de ser vicaria del monasterio, cargo que ejerció hasta 1920.
Su deseo siempre fue el practicar una vida verdaderamente religiosa donde no existiese pecado alguno que le llevara a recibir un reproche de los ángeles o de los hombres, palabras escritas por ella misma en una carta. Luego fue electa por las hermanas como abadesa del monasterio, dejando una obra de admiración como superiora, mantuvo un ánimo indomable, siempre llena de sabiduría y estimulando la divulgación del culto a santa Rita en todo el mundo.
En los últimos años de su vida enfermo grandemente, atravesando por duros sufrimientos. La hermana María Teresa falleció el 18 de enero del año 1947. Fue beatificada el 12 de octubre del año 1997 por el papa Juan Pablo II.
Oración a la Beata María Teresa Fasce
Oh Dios de misericordia, que abriste los secretos de tu rostro a nuestra beata María Teresa Fasce, virgen, llamándola a la vida contemplativa, y la hiciste instrumento de tu bondad para ayudar y sororrer a los niños y necesitados; concédenos, por su divina intercesión, que te amemos por sobre todas las cosas y por ti a todos nuestros hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina.
Amén