San Desiderio de Langres es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo IV. Este obispo de la Galia Lugdunense aún siendo fue designado por inspiración divina para dirigir esta diócesis en los difíciles tiempos de invasiones de vándalos y germanos. Viendo a sus fieles oprimidos, Desiderio acudió al rey de los vándalos para suplicar por el pueblo, pero en su lugar recibió la condena del martirio.
La historia de san Desiderio cuenta de que este era un hombre cristiano, muy humilde que residía en una pequeña aldea cercana a Génova de Italia, donde se dedicaba a arar la tierra, en la primera mitad del siglo IV. Por aquellos días, el pueblo de Langres (Francia) había perdido a su obispo, pero el clero fue iluminado para que buscasen al humilde Desiderio que sería el sucesor. Desiderio recibió esta inspiración milagrosa y pasó a asumir la nueva dignidad como obispo de Langres, cumpliendo a cabalidad todas sus funciones y obligaciones con admirable celo apostólico.
A pesar de que no tenía estudios, san Desiderio fue dotado de gran capacidad para interpretar y explicar las Sagradas Escrituras, llegando a participar en varios concilios y a ser considerado un gran doctor.
En tiempos del emperador Honorio, los vándalos azotaron las Galias, y los fieles fueron cautivos y asesinados. El obispo Desiderio se presentó ante el rey de los vándalos para pedir por sus fieles, pero al encontrarlo cristiano, lo asesinaron, posiblemente decapitado alrededor del año 409. El lugar donde fue ejecutado hoy lleva su nombre (Saint-Dizier, en la Champaña).
El culto a san Desiderio se hizo muy popular en Francia, Italia, Suiza y Alemania. Se le considera Patrono de la ciudad de Langres, y por ello, muchas iglesias de esta diócesis llevan su nombre. Su sepultura se encuentra en un convento benedictino en el centro de la ciudad.
San Desiderio es considerado intercesor de los partos difíciles y testigo de juramentos.