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San José de Arimatea

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Todo lo que se sabe sobre San José de Arimatea ha sido extraído de los textos de los Evangelios, aunque algunas escrituras como los evangelios apócrifos también mencionan un poco más de su historia.

Quien era José de Arimatea

Este hombre José era proveniente de Arimatea, para aquel entonces una población de Judá que se encontraba al nordeste de Lydda. José de Arimatea era un hombre rico y un miembro muy destacado dentro de sanedrín. Al igual que Nicodemo, José creía en la palabra de Jesús y en que Él era alguien importante, pero mantenía su devoción oculta por miedo a las autoridades judías.

San José de Arimatea no solo era un hombre rico y miembro respetable del Sanedrín o consejo supremo de los judíos, las informaciones indican que era el hermano menor de San Joaquín, el padre de la Virgen María, y que al morir su san José, padre adoptivo de Jesús, su tío abuelo, José de Arimatea se hizo cargo de Él como su tutor.

Esto revela la profunda relación y apoyo que existía entre ambos. José de Arimatea era leal a Jesús y a sus enseñanzas, pero se mantenía en secreto por su posición como judío del Sanedrín. Nunca estuvo de acuerdo con la condena injusta que impusieron a Jesús ni participó en las reuniones donde se llevaron a cabo estas decisiones. Luego de que fue crucificado Jesús, José de Arimatea pidió su cuervo a Pilatos y él mismo, junto con Nicodemo, lo preparó para el sepulcro.

Con valentía, en los difíciles momentos de la pasión y muerte de Cristo en la crus, José de Arimatea acude ante Pilatos, a quien solicta el cuerpo de Jesús para darle santa sepultura. Le conceden este permiso, y una vez descolgado Jesús crucificado, José lo envuelve en sábanas limpias y ayudado por Nicodemo lo preparan con aceites, para sepultarlo en un sepulcro propiedad de José que estaba cerca del Gólgota.

Una vez que dejan su cuerpo en aquel sepulcro, lo sellan con una gran roca y se marchan.

Este es el fin de la historia conocida en las santas escrituras sobre estos José, sin embargo, en unos textos que según parece fueron escritos por Nicodemo, se relata que los judíos condenaron la actuación de José en ayuda de Jesús y por ello lo encarcelaron, y que solo con la intervención milagrosa de Jesús fue liberado y pudo regresar a Arimatea para confesar abiertamente su fe y difundir la palabra de Jesús.

Varias iglesias conmemoran la celebración de la memoria de San José de Arimatea. Para los griegos es el 31 de julio, mientras que para los latinos es el 17 de marzo.

San José de Arimatea y la leyenda del Santo Grial

El Santo Grial ha sido una de las reliquias religiosas más enigmáticas y procuradas durante todos los siglos por los cristianos. Se dice que esta es la copa que utilizó Jesús durante la Última Cena al repartir el vino, aunque también, se le relaciona con el sepulcro de Jesús tras su crucifixión, el Santo Grial sería el recipiente donde José de Arimatea habría colectado la sangre de Jesús al enterrarlo.

La leyenda que relaciona a San José de Arimatea con el Santo Grial surgió entre los siglo XI y XIII. Apareció un relato donde se narraba que José de Arimatea presenció una de las apariciones de Jesús Resucitado, quien le entregaba el Santo Grial y le ordenaba viajar a la isla de Britania.

Otras historias cuentan que se trató de un cáliz donde José recolecto la sangre y el agua del cuerpo de Jesús cuando lo preparaba para el sepulcro; y también se ha dicho que este discípulo tenía el cáliz de la Última Cena, porque el lugar donde se llevó a cabo era de su propiedad.

El relato cuenta que José siguió las instrucciones del Señor, y llegando a Britania, fundó una dinastía de caballeros religiosos que resguardarían estos tesoros Sagrados. Hay leyendas que afirman que perteneció en Francia a la Corte del Rey Arturo; que organizó misiones de Evangelización por Marsella junto con Mara, María y Lázaro, y que viajó por España, Inglaterra y Portugal.

De hecho, se afirma que San José de Arimatea se convirtió en monje y fundó en el territorio británico el monasterio de Glastonbury Tor, el cual posteriormente sería un lugar de oración y de visita de muchos peregrinos, hasta que fue disuelto en el año 1539 con la introducción de la reforma en la iglesia.

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