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San José Benito Cottolengo

San José Benito Cottolengo es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIX. Tuvo una especial devoción por el prójimo más necesitado, por ello como presbítero, confiándose totalmente a la Divina Providencia, fundó una casa donde acogía a todos los pobres, enfermos y necesitados, que era considerada por el padre Pío IX como la casa del milagro.

San José Benito Cottolengo

Su nombre era José Cottolengo nació el 3 de mayo de 1786 en un pequeño pueblo al norte de Italia llamado Bra. Era el mayor de 12 hermanos.

Nacido con un don para el servicio, José dedicó los esfuerzos de su juventud a aprovechar al máximo sus estudios religiosos, en el año 1802 toma los hábitos en la parroquia de Saint Andrea en Bra, y en 1806 recibe las órdenes menores de manos de monseñor Gatinara, obispo de Asti. En 1811 logra su ordenación como sacerdote en la capilla del seminario de Turín de manos de monseñor Paolo Solaro.

Seguidamente, en mayo de 1818 es nombrado canónigo del Corpus Domini en Turín y más tarde pasa como coadjutor en Corneliano de Alba, donde comienza a oficiar misa a las tres de la mañana para que los campesinos del lugar, pudiesen ir al trabajo con la bendición de Dios.

Un hecho que marcó su vida, fue la muerte de una pobre mujer llamada María Gonnet en 1827, rodeada de todos los hijos que la lloraban, la cual no había recibido asistencia ya que no tenía los medios para pagarla. Conmovido por esta situación, el padre Cottolengo, vendió todas sus posesiones, hasta su manto, y con el dinero alquiló una pequeña pieza donde comenzó una casa de acogida, el 17 de enero de 1828, donde ofrecía asilo a los necesitados, en primer lugar acogió a una pobre anciana paralítica. Cuando la mujer le dijo que no tenía para comer, el padre Cottolengo le contestaba que “todo lo pagaría la Divina Providencia”.

La pequeña casa de la Providencia del padre Cottolengo se fue ampliando, como un prodigio de amor y de caridad; los fieles admiraban el trabajo del padre Cottolengo, lleno de fe y de piedad. Unas religiosas se unieron a la causa del padre y comenzaron a ayudar en las labores de la casa.

En 1831 ante la epidemia de Cólera, las autoridades le indicaron al padre Cottolengo que debía cerrar la primera fase que estaba repleta de enfermos por precaución. Entonces el padre Cottolengo, llevando sus pocas posesiones en un burro, junto con dos religiosas partió de Turín a Valdocco. Aquí se encontró con una vieja casona, donde se leía “Taberna del Brentatore”, el padre la volteó y le escribió “Pequeña casa de la Divina Providencia”,  y continuó su labor, el 27 de abril de 1832.

Luego de años de un espléndido y admirable trabajo de caridad y amor al prójimo, el padre José Benito Cottolengo falleció el 30 de abril del año 1842. Fue beatificado por el papa Benedicto XV en 1917 y canonizado por Pío XI en 1934.

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